¿Cómo elegir la tabla de snowboard ideal?

¿Estás por comprar tu primera tabla? ¿Querés renovar la que ya tenés porque sentís que no te está rindiendo como debería?

Elegir una tabla de snowboard puede parecer un lío. Hay tantas opciones que es fácil perderse: longitudes, camber, flex, shapes… Pero tranqui, en este artículo te guiamos paso a paso para que sepas qué buscar (y qué evitar) según tu nivel, estilo y objetivos en la montaña.

¿Por qué importa tanto elegir bien?

Porque la tabla no es solo “una más” del equipo. Es LA base de todo.
Una tabla que no se adapta a tu cuerpo o forma de andar puede frenar tu progreso, hacer que te canses más rápido o —peor aún— que no disfrutes.
Y si estás metiéndole ganas a este deporte, lo último que querés es eso.

 

Los factores clave: lo que tenés que mirar sí o sí

1. Tu nivel de experiencia

  • Principiante: buscá una tabla flexible, fácil de manejar y que perdone errores. Te va a ayudar a ganar confianza.

  • Intermedio: podés ir por algo más versátil, con mejor respuesta. La clave está en el equilibrio.

  • Avanzado: si ya sabés lo que te gusta, podés ir por una tabla técnica pensada para un tipo de riding específico.

2. Tu peso y altura (sí, los dos)

Acá va la posta: el peso es incluso más importante que la altura.
Las tablas están pensadas para funcionar dentro de un rango de peso. Si te pasás o no llegás, no se comportan como deberían.

Guía express (pero siempre chequeá lo que dice el fabricante):
🔸 Altura hasta 1.70 m → tabla entre 140 y 150 cm
🔸 De 1.70 a 1.80 m → tabla entre 150 y 160 cm
🔸 Más de 1.80 m → tabla de 160 cm o más

Ahora bien, si pesás más o menos que el promedio para tu altura, ajustá el largo según eso. Y si vas a andar con mochila, también contá ese peso.

3. El estilo de riding que te copa

  • All-mountain: para todo terreno. Subís, bajás, metés un salto, te vas al bosque... Si no sabés bien qué estilo querés, empezá por acá.

  • Freestyle / park: más cortas, flexibles y livianas. Perfectas para trucos, rails, módulos y jugar en la pista.

  • Freeride: pensadas para fuera de pista, nieve polvo, bajadas empinadas. Generalmente más rígidas y direccionales.

 

Los detalles técnicos que (aunque suenen a chino) tenés que conocer

▸ Shape (forma de la tabla)

  • Twin: totalmente simétrica. Ideal para freestyle.

  • Directional: con la punta (nose) más larga que la cola (tail). Mejor para freeride.

  • Directional twin: un mix de ambos, muy usado en all-mountain.

▸ Perfil (el famoso camber/rocker)

  • Camber tradicional: buena respuesta, precisión y agarre. Más técnico.

  • Rocker: curva invertida. Más fácil de girar, ideal para principiantes y nieve profunda.

  • Flat / híbridos: lo mejor de los dos mundos. Estables pero maniobrables.

▸ Flex (flexibilidad de la tabla)

  • Suave (blando): fácil de manejar, buena para principiantes y park.

  • Medio: versátil, va bien en casi todo.

  • Rígido: más control a alta velocidad, más exigente. Solo si tenés experiencia.

 

Errores comunes (y cómo evitarlos)

🔸 Elegir solo por diseño. Sí, ya sé... todos caímos en eso. Pero la tabla más fachera no siempre es la que necesitás.
🔸 Ir por una tabla “pro” siendo principiante. Terminás peleándote con la tabla en cada bajada.
🔸 No considerar tu peso. Re importante.
🔸 Copiar el modelo de un amigo sin chequear si aplica a vos.
🔸 Comprar por impulso y no pensar en qué estilo de riding querés hacer.

 

La tabla ideal no es la más cara, ni la más larga, ni la más famosa. Es la que se adapta a vos. A tu cuerpo, tu estilo, tu forma de aprender y disfrutar. Y cuando encontrás esa tabla… no hay vuelta atrás.